En la mañana del jueves 30 de septiembre del 2010 los cuarteles de la Policía Nacional fueron tomados por policías de tropa y oficiales, que rechazaban la Ley de Servicio Público y manifestaron reivindicar "conquistas" laborales como: bonos por ascensos, condecoraciones y juguetes. Frente a este hecho, el presidente Rafael Correa acudió a las instalaciones del Regimiento Quito Nº 1, para tratar de dialogar con los policías y explicarles los alcances del proyecto de ley. A partir de ese momento una serie de sucesos inusitados comenzaron a darse, a pocos minutos de dar una declaración el Presidente fue victima de secuestro en las instalaciones del Hospital de la Policía Nº1, más tarde las comunicaciones, el internet, principalmente de la empresa pública CNT, comenzaron a fallar, mientras que en los diferentes canales de televisión no se mencionaba nada.
En cuestión de minutos, sectores de los Bomberos, Servidores Judiciales, Servidores de Ministerios, el Frente Popular (organización del MPD) se adherían a la protesta policial, las operaciones del Aeropuerto fueron cerradas, las calles se llenaron de manifestantes, piquetes y cortes de ruta. Las iniciales consignas por las reivindicaciones de los bonos y demás, se trasformaron en un "Fuera Correa", "Correa te jodiste con la Policía te metiste", a la par cientos de carros lujosos arengaban a los policías con sus bocinas en muestra de su agrado con la intentona golpista.
Mas tarde una concentración del Frente Popular agredía a simpatizantes del gobierno que se dirigían a la Plaza de la Independencia para respaldar al Presidente Correa. Mientras el Comando Conjunto de las FF.AA. manifestaban su respaldo al presidente, al mismo tiempo, organizaciones políticas y sociales se reunían frente al Palacio de Carondelet. Varias intervenciones animaban a los simpatizantes, entre los que se encontraban: simpatizantes del gobierno, militantes del Movimiento País, y el Partido y la Juventud Comunista del Ecuador
El Partido Comunista del Ecuador venía advirtiendo a sus bases de una posible intentona golpista, cuando el hecho empezó a tomar cuerpo se lanzó el llamado al combate: toda la militancia tenía que volcarse a las calles, defender el proceso de cambio y hacer frente a las fuerzas más reaccionarias del país a la derecha golpista. En la Plaza de la Independencia, se alentó una marcha "para rescatar al presidente" hacia el Hospital de la Policía Nº 1, mientras tanto, los medios de comunicación no mencionaban nada de la reacción popular. Largas columnas de militantes, simpatizantes, hombres y mujeres del pueblo se encaminaban, atravesando el barrio San Juan, Las Casas, barrios populosos de Quito, hasta llegar a cinco cuadras del Hospital, en donde se toparon con algunos miembros del Grupo de Operaciones Especiales (GOE) de la Policía, y empezó la represión.
Mientras, en la Av. Mariana de Jesús, frente al Hospital de la Policía se reunía miles de personas para "rescatar" al presidente, en ambos lugares la represión continuó, sin embargo en la calle San Gabriel, por donde avanzó la marcha desde la Plaza de la Independencia se vivía momentos dramáticos de violencia inusitada. El carácter del golpe ahí quedo confirmado, gritos que venían desde el lado de los policías connotaron el sentido de su insubordinación: "Son financiados por Fidel", "No queremos comunistas", eran los gritos de la Policía mientras agredían a los manifestantes, quienes armaron una veintena de barricadas con ayuda de los moradores del barrio. Grupos de policías quemaban burlonamente banderas rojas del PCE arrebatadas durante la represión.
Caída la tarde el panorama era desolador, ráfagas de perdigones, balas de goma, bombas lacrimógenas, varios policías disparaban con sus armas a los manifestantes, ráfagas de disparos se escuchaban mientras la obscuridad no dejaba ver de donde procedían los disparos. Los policías lograron desalojar los alrededores del Hospital en ambos lados y empezaron a buscar a los manifestantes escondidos entre los locales y las casas del barrio. Entre los manifestantes se informó que a las 19:30 los militares tomarían el Hospital, sin embargo eran más de las 20:00 y no se avizoraba una salida venturosa, de repente el sonido de ráfagas de armas largas anunció el fin de la insubordinación. El presidente Rafael Correa había sido rescatado y era trasladado al palacio de gobierno donde era recibido por una multitud que lo había esperado y a la cual se sumaron los manifestantes que habían combatido por s rescate
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